
El pasado 24 de noviembre, como muchos otros años, se convocó una manifestación nocturna con motivo del día Internacional de Lucha contra las Violencias Machistas. El ánimo de esta manifestación era señalar las violencias hacia las mujeres que se producen y se reproducen en los espacios nocturnos y de ocio.
Acostumbradas a este tipo de acciones nos vimos sorprendidas por la actitud de la Policía Local de Granada, que de manera insistente e injustificada pidió los datos personales y documentación a las compañeras de la organización que se disponían para la salida de la manifestación y que habían hecho la comunicación pertinente.
Si bien lo ocurrido está amparado en la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza), esta situación no se había producido en años de convocatorias de acciones de calle, en las que siempre se ha mantenido una relación cordial con las fuerzas y cuerpos de seguridad que hacen presencia.
Consideramos lo sucedido como significativo porque señala un cambio de comportamiento que nos pone en alerta. Nos pone en alerta en nuestra ciudad, en nuestros espacios, en nuestros actos de reivindicación y lucha en la calle, los que hasta el momento habíamos sentido como propios y garantizados incluso pese al aparato burocrático bajo el que se ha de operar.
Nos recuerda que hay quienes van activamente en contra de nuestra libertad. Nos reafirma en la necesidad de ocupar los espacios públicos para defender y exigir nuestros derechos, en la necesidad de no desistir y de organizarnos para poner el cuerpo juntas ante quienes nos quieren calladitas y guardadas. Organizarnos para resistir y transformar, más allá de los actos puntuales y visibles, más allá de las redes sociales y las fechas señaladas.
El 24 de noviembre chispeaba y hacía frío, era un miércoles por la noche. La manifestación con la que atravesamos Pedro Antonio y terminamos en Plaza Einstein, no tuvo una afluencia masiva. Fue un acto que transcurrió pacíficamente. Sin embargo se consideró previsible la comisión de un delito, siendo esta la justificación de la Ley para requerir arbitrariamente los datos personales y/o la documentación de las participantes.
Esta comunicación tardía, de algo que se había quedado entre nosotras, pretende dejar constancia sobre un hecho que puede parecer anecdótico, que no tuvo trascendencia ni implicaciones, pero que delata el sistema que nos oprime y que nos reprime cuando lo denunciamos.
Por eso nos sumamos el domingo 13 de febrero a la concentración para defender nuestros derechos y libertades ante las próximas discusiones sobre el articulado de la Ley Mordaza. A las 12hs frente a la Subdelegación de Gobierno.
¡Nos vemos en la calle!